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OPINIÓN: Lo infinitamente lamentable



Por: Henry Tezanos
Las manifestaciones pacíficas nunca han logrado nada, ni nunca lo harán. Es que el hombre, en su imperfección, no arregla nada hasta que le molesta. Que tengan que pedir permiso para manifestarte es muestra que las protestas son superfluas, en el mejor de los casos, simbólicas. En realidad no incomodan a nadie, por los menos, no a quien debe.

Su poco resultado, nos demuestra lo irracional de los hombres, solo se mueven con la violencia. Solo ceden cuando el miedo les acecha. Las protestas pacíficas le saben a supiro, a niños ruidosos en el recreo de una escuela pública. 

Los Europeos lo han entendido bien. Cuando los chalecos amarillos protestan en las calles de París, no piden permiso a nadie, la ciudad tiembla, los políticos temen y escuchan. Millones de euros en destrozos, cientos de carros quemados, autopista bloqueadas. Nadie cuestiona la legitimidad de hacerlo, ni lo politizan porque es su país y les pertenece a ellos, los políticos son sus empleados. Servidores públicos, gestores de la riqueza nacional. 

En RD esto sería muy arriesgado para nuestros jóvenes pues, los policías son energúmenos al servicio del político opresor, muy ligeros romperían los cráneos de cualquier chico que no pida permiso para protestar, exento de servilismo. 

En el subconsciente dominicano, el país no pertenece a los dominicanos, sino a la clase política. No son nuestros empleados ni servidores públicos, son nuestros jefes. 

La clase media y aburguesada, que dieron pie a la revolución francesa, fueron y son los protagonistas de los más grandes saltos progresistas que hemos conocido. Son los que, a pie juntillas, reclaman la sociedad para ellos mismos. Son los que mas tienen que perder pero, también los que más tienen que proteger. (Los pobres tienen hambre, por tal razón solo piensan en comer, ajenos a las cuestiones sociales). 

En R. D. la clase media es A-política (que demonios significa eso). Le han dicho de no movilizarse, que eso es para chopos y le han convencido, y con ello nos condenan. La clase media dominicana se está despertando del adoctrinamiento al que ha sido sometida, pero aún tarda. Su país le espera. 

A partir de esta lógica, ninguna verdadera protesta tendrá lugar. Seguiremos pidiendo permiso, a espera que interior lo apruebe, para manifestarnos. Seguiremos esperando soluciones de quienes crearon el problema, total estamos en su país. Ellos son los dueños y nosotros los empleados. 
E. Tezanos.